domingo, 7 de febrero de 2010

Le Scaphandrier et le pétite Géante du Titanic (día 3 y último)

Domingo 31 de Enero.
Hoy fue la jornada que menos valió la pena, no hay muchas fotos ni mucho que relatar.

La noche anterior había programado mi despertador a las 08.00 hrs, cosa que nunca escuché sonar.
Eran las 10 am cuando abrí mis ojos y me dí cuenta de tal tragedia. Prendí el televisor y allí estaban los gigantes durmiendo. Como no tenia sentido llegar a la plaza Bulnes, a más no poder de gente, decidí salir después de almuerzo. No sabía si ir a Portugal con la Alameda o a esperar eternamente a la Plaza de la ciudadanía. Si iba a Portugal, los encontraría durmiendo, estaría rodeada de gente y sólo vería su despertar y partir hacia la plaza de la ciudadanía, a lo mucho (y lo dudaba bastante) podría seguirlos un rato, cosa que veía muy complicada por la cantidad de gente que haría lo mismo. Si iba a la plaza de la ciudadanía, tendría que espear 5 horas para verlos llegar e inmediatamente ser guardados en sus respectivos containers. No había mucha diferencia entre ambos panoramas. Finalmente me decidí por ir a insolarme a la plaza de la ciudadanía.
Camino al centro de Santiago, recibí un mensaje de Jose, el que me informaba que se juntaría con la Pato y el Claudio (todos compañeros de carrera de mi hermana) en Portugal. Me invitaban para que fuera con mi hermana, pero ya había tomado mi desición y esta vez iba sola.

Cuando llegué ya había una cantidad considerable de gente. No tendría la vista privilegiada del día anterior puesto que la mayoría de la gente que vio esa mañana el despertar de los gigants se quedó esperando para ver cuando llegaran.

Encontré un lugar pegada a la reja con la vista de frente en la mitad de la calle. Decidí no moverme de ahí.
Las horas pasaron, llegaron mis hermanos Tae y Raimi junto a mi mamá. Quedaron bien atrás.

Los niños se sentaban delante de la reja, no había nada malo en ello (aunque, si yo fuera mamá, no dejaría a mi hijo libre por ahí, principalmente porque ese fue el motivo de 250 niños perdidos la tarde anterior). El problema  surgió cuando los gigantes comenzaban a divisarse a lo lejos por la Alameda. Resulta que el objetivo de las barreras es justamente impedir el paso de las personas hacia el lugar cercado. Creo que esa simple definición el chileno no es capaz de entender (ya que esa situación se dió en el 07' y en la tarde anterior, con el gigante bebiendo agua en la plaza de armas). Luego de que los niños se hubiesen adelantado más de lo permitido por carabineros, no falto el adulto con la brillante idea de romper el alambre que unia las barreras entre sí para poder pasar. Obviamente, si él pasó ¿por qué yo no?, pensó la mayoría de la gente. Fue así que adultos y niños saltaron las barreras tapando la visión a las personas que habíamos llegado temprano. Para carabineros fue imposible controlar la situación una vez más. Que decepción. Decepción de la inexistente cultura de eventos masivos existente en mi país.

Bueno, para qué calentarme más la cabeza con la repetida escena.
Aquí las fotos que tomé:



Mi toma favorita, lástima el enfoque (imposible enfocar cuando se tienen los brazos extendidos sobre la cabeza)


Nótese la bandera chilena.






Nota aparte:

En un principio creí haber sido la única persona a la que le había llamado la atención un liliputiense. Aquel ser de dreadlocks, alto, delgado y hermosas facciones.




 


Para mi sorpresa me encontré con un grupo en facebook donde todas las chicas comentabamos creer las únicas enamoradas de aquel francés y del cual, he extraído la siguiente imagen para compartirla con ustedes:


(foto tomada por Carito Andra Muñoz)


 Así finalizaba la persecusión a le petite.


Álbum completo en mi galería picasa.

1 comentario:

  1. Cuando vinieron yo andaba en Maitencillo.

    Pero ese hombre... uf! es un bombón

    ñam, ñam...


    Saludos mujer!

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