lunes, 5 de abril de 2010

Litoral central.

El Viernes 2 mis padres me invitaron a un paseo por la costa central. Como yo no tenía mucho que estudiar salí con ellos. El día estaba soleado, perfecto para tomar buenas fotografías.

La primera parada sería Pomaire. Nos sorprendimos por lo caro que estaba el peaje para entrar ($2100 si mal no recuerdo) y como si fuera poco, también había que pagar un peaje de salida.


Mi papá quería comprar unos maceteros grandes.


La única casa que vi afectada por el terremoto.


Nos fuimos. El peaje de salida costaba $1100 (algo por ahí).
En esta foto se aprecia el desastre que dejó el terremoto (sí, aun estoy sensible al tema).


Almorzamos y caminamos un rato por el puerto.
Esta es mi foto favorita del viaje, la saqué de una secuencia de ráfaga.


Me gusta fotografiar aves en vuelo.


Hora de comer, para ellos también.


Más huellas del terremoto.

Me gustan los puertos, son tan coloridos.


El mall: pésima ubicación, horrible diseño.


La tarde pasaba y fuimos a punta de Tralca, hacía años que no visitaba ese lugar.


Y luego a Cartagena. Cartagena me gusta, me gusta la arquitectura, la playa. Pero creo que este paseo es horrible y estoy segura que no soy la única que piensa lo mismo. Me pregunto ¿por qué no invertirán en arreglar y mejorar ese paseo?



Una romántica puesta de Sol.


Y la noche caía sobre la costa.


De vuelta, gracias a la estupidez de mi padre, morí de frío. El día siguiente lo pasaría en cama.


domingo, 7 de marzo de 2010

Terremoto '10

Eran alrededor de las 3 am. Yo estaba decidida a terminar la entrada anterior si o sí esa noche. También recuerdo que había redescubierto y me había reenamorado de Tenhi y al mismo tiempo hablaba con Alonso.
A los veinte minutos después, mi casa, totalmente construída de madera y forrada en lata (osea, puros materiales livianos) y para rematarla estilo palafito, comenzaba a tambalearse. Para mí era normal, ya que siempre se sentían los temblores, sobre todo en el segundo piso. Cuando me doy cuenta que comienza a intensificarse, me asomo a la escalera, prendo la luz y esperé un breve lapso de tiempo a ver si se calmaba la cosa. No sucedió así, al contrario, toda la madera crujía y me ponía más nerviosa. Rápidamente desperté a mis padres y salí corriendo a pararme en la mitad del patio. Afirmada en la camioneta veía como todo se sacudía violentamente. Esperaba el instante en que mi casa se viniera abajo.
Muerta de miedo, pensaba "Aina, disfruta, pasaran décadas o quizás nunca más volverás a vivir esta experiencia". Así que en un estado muy adrenalínico miraba las explosiones producidas por los choques de cables lo cuales teñían el cielo de tonalidades apocalípticas (sí, creo que exageré con esa descripción), miraba mi casa esperando que se viniera abajo y muy atenta miraba la alta palmera a la cual no le tenía ni una fé de que se mantuviera en pie y en cualquier segundo, pensaba, caería y me mataría.

De pronto, alguien dijo apáguese la luz, y Santiago se quedó a oscuras totalmente.

*Dato: según mi madre saltar mientras tiembla hace que se atenúe la sensación del movimiento de la Tierra.

Así, con mi madre saltando y afirmada de mi papá y de mí, y yo a la vez afirmada de la camioneta
transcurrieron alrededor de tres largos minutos hasta que finalmente se calmó.
Una vez asegurados de que este no seguiría entramos a la casa (la cual seguía en pie) totalmente a oscuras. Mis padres se vistieron y yo cogí la cámara y me percaté de lo estúpida que había sido al no dejar mi dell cerrado (este estaba cubierto por una gruesa capa de polvo y tenía la pantalla rayada producto de los diversos lápices que cayeron sobre él). Lo cerré para las réplicas.

Esta foto hizo polémica. La mayoría dice que mi habitación siempre estuvo así...



Mi papá sintonozó la radio bio-bio en la camioneta donde me informé que el epicentro del terremoto había sido cerca de Concepción y daban a conocer que no había alerta de tsunami por esos lados. Recuerdo que la gente llamaba para dar información. Entre los llamados salió al aire el de una persona que iba en un auto por la costanera informando que se había caído el paso sobre nivel y que había quedado horrorizada al ver autos que no se percataban de aquello y caían al vacío (al día siguiente me enteraría que no habría ni una víctima fatal de aquel accidente).



Luego de habernos enterado de lo que había ocurrido, y habernos calmado, decidimos ver que tal estaban nuestra familia.
Para nuestra suerte, toda la familia vive en la misma cuadra, así que luego de percatarnos que todos estaban bien nos sentamos en el patio de la casa de nuestras tías (quienes viven al lado de la nuestra) a tomar café con ron para calmar el ánimo y pasar las réplicas. Sin luz, escuchaba las noticias de la radio bío bío en mi pendrive (el que justo para ese día tenía batería como nunca) e informaba al resto.



Así transcurrieron horas y nos dieron las 6 de la mañana. Hora prudente para dormir. Creo que esa noche sólo logré dormitar.

A la mañana siguiente ya con energía eléctrica lograría percatarme de la catástrofe que había sucedido.
Impactadísima sabía que algo tenía que hacer. Junté utiles de aseo y me puse a tejer frazadas.

El Viernes en la noche me junté con unos tíos a ver la Teletón. Me sirvieron un vodka tónica, mi trago favorito, no tomé más de la mitad. Estuvimos hasta las 7 am.

Y el Sábado, a una semana del desastre, salí con mi ya oficial compañero de caminatas extensas de fotografía Ariel, a registrar los daños por algunos sectores de Santiago.

Camino al metro por San Nicolás



Gran Avenida







 Este era el sencillito que siempre me salvaba el día antes de que mis cuentas vencieran... era...


Mi queridísimo Teatro Municipal de Santiago. Por fuera daños menores, dos pequeñas grietas.
Por dentro, quién sabe.

  
 Una iglesia. Me queda más que claro que la religión sigue siendo un peligro para la sociedad.



Mi queridísimo MAC (curiosamente el frontis del museo nacional de bellas artes estaba intacto).


Un detalle de la escalera
  

Caminando por Santiago nos encontramos al menos con 3 eventos, tocatas, a beneficio. El que más me llamó la atención fue este, organizado por una agrupación de motoqueros.

  

 Otro ejemplo de que la religión es un peligro para la sociedad.


  

Luego de la extensa caminata, Fuá me acompañó al trabajo de mi papá, ya que de vuelta, debía pasar a donar un par de parkas para la campaña dona tu parka. Volvimos tarde, justo a escuchar el cómputo final de la Teletón (el cual me llenó de orgullo) y enterarme de la caravana que partía desde el parque O'Higgins con destino a Concepción. Salí corriendo a la panamerica con mi cámara.

  

Pasaban los camiones y la gente los aplaudía

  
  






Esta imagen es mi favorita. Lástima que la bandera no flameara en ese instante.



Y de vuelta en mi casa rompí en llanto. Jamás había tenido tal sentimiento de patriotismo, tal sentimiento de querer ayudar, de hacer algo por los demás, y por sobre todo, jamás había sentido tanto orgullo de ser chilena.

lunes, 1 de marzo de 2010

Vilches 10'

En un principio planeaba escribir detalladamente que había hecho cada día de este viaje.
Luego pensé que no sería buena idea, hubieron varios días que consideré extremadamente aburridos y de los cuales no tomé ni una sola fotografía, además, no andaba sola, no, había salido con toda la familia, literalmente con toda la familia: mis padres, mi hermano menor, mi hermana mayor junto con su pololo, mis abuelos maternos, mi abuelo paterno y una familia muy amiga compuesta por tres individuos (madre, hija e hijo).

Por esas cosas de la crisis, este año alcanzó para hacer un viaje cercano a Santiago, muy cercano para mi gusto. El destino era Vilches, un pequeño poblado al interior de San Clemente (Talca).
La duración del viaje: 10 días.

Vamos a lo concreto. Pondré las fotos y si lo amerita, explayaré el contexto donde fue tomada.

Lo primero que hize fue intentar tomar fotos astronómicas. Había olvidado mi mapa estelar y lo único que reconocí era a Orión (cosa que no pude fotografiar debido a los árboles que me rodeaban) y una nube magallánica.

Nube de Magallanes.


Al día siguiente el paseo obligatorio: Parque Nacional Radal Siete Tazas.


 El Velo de la Novia.

Pensar que yo lo conocí cuando era una Reserva Nacional y no se pagaba entrada. Gracias a la Presidenta Michelle Bachelet, éste había subido de categoría (lo ameritaba) y además, cosa insólita que hasta el momento sólo he visto en este parque, contaba con una pasarela para sillas de ruedas que permitía llegar hasta el mirador de las Siete tazas.


Las siete tazas.


  Salto de la leona.


Río Claro.



Salto de la leona (filtro neutro agregado a la lista de "faltantes")


Pelarco.
Me llamó la atención la inclinación de este pequeño bosque:

 


 


 


Si hay había algo que me molestaba, era toda esa tierra en suspensión:



 Embalse Colbún

Mi hermano tiene muchas habilidades acrobáticas. Diagmos que él sacó todo el talento del atletismo de mi abuelo. Él no quiere entrar a estudiar una carrera profesional, no. Él quiere dedicarse al parkour.



Si hay algo que me gusta fotografiar, es mi silueta proyectada con largas piernas.

 Piedras tacitas


Un día fuimos a la laguna del Maule, casi en el límite con Argentina.


Al fondo el volcán Descabezado Grande.



 A medida que nos internábamos en la cordillera, los colores cambiaban.
¿Notan el cerro a mano izquierda? Sólo una mitad tiene vegetación.



 



Curiosas formaciones rocosas.



Vista desde la cuesta Los Cóndores.

Una vez subido la cuesta, a causa de la pavimentación del camino, tuvimos que esperar una hora. Una hora en medio de la cordillera. Obviamente no me quedaría sentada.

En un principio quería caminar hasta aquella vertiente:




A medida que fui avanzando, divisé el río...



Y me dí cuenta que sería imposible llegar hasta ella... 
(A continuación, mi primer intento de panorámica (todo un fracaso, pero al menos se entiende).




Nos dieron la pasada luego de una hora y media y seguimos subiendo.




Finalmente llegamos a la laguna. 


 Laguna del Maule


Mi impresión, un basural. No, enserio. Siendo el paisaje maravilloso, la orilla de la laguna apestaba a rayos. Bolsas plásticas, comida en proceso de descomposición, cerros de basura.
Un tanto molesta me dediqué a fotografiar otras cosas...

La cabaña de los pescadores con la leyenda: "Deportista, demuestre su cultura"


Me llamó la atención el color de este pájaro:



Se hacía tarde. Hora de bajar.


Una grúa al parecer puesta estratégicamente como adorno.


¿Notan la textura?






Disculpando la antena de la camioneta.





Amo la luz dorada que cae sobre los cerros.


Amo esas manchas púrpuras en el cielo, como pintadas con acuarela.



 El crepúsculo sobre el embalse Colbún


Y con ese hermoso atardecer finalizaba esa jornada.
Al día siguiente el grupo se redujo a 4.








Y volvimos al embalse Colbún




Al atardecer




Sorpresivamente nos encontramos con un exódo de pequeñas ranas recién evolucionadas.






Y el día se hacía noche.






Resulta que el principal atractivo de la zona es el avistamiento de ovnis. De hecho, ha sido declarada la primera ruta ufológica de Chile, convirtiéndose en un punto de encuentro para expertos en la materia. Hay lugareños que afirman ver todas las noches cosas extrañas por el cielo, hay otros que honestamente dicen que no pasa nada de nada. La verdad, a mí el tema no me llama la atención, pero era necesario mencionarlo por lo que viene a continuación.

Si vas a Vilches no puedes no conocer el enladrillado, ubicado dentro de la reserva Altos del Lircay. Puedes llegar caminando (si cuentas con un buen estado físico) o a caballo.

Príncipe, mi caballo, quién rápidamente se ganaría el apodo de mordelón.

Cuando ya ves que el verde se quedó atrás y la vegetación cambia drásticamente, es porque ya estás muy, muy alto.


 


  


  

Cuatro horas subiendo...

  

Ya estábamos cerca...

 




 
Laguna El Alto. 

Luego de dos horas más de cabalgata finalmente llegamos al enladrillado.  Una meseta con un particular revestimiento en piedras magmáticas.

 


Aquí entramos en la polémica.  No se sabe con claridad cuál fue el origen del enladrillado. Existen muchas especulaciones al respecto. La más cuerda la atribuyen a la cercanía del volcán descabezado (cruzando el valle): rocas de gran porción que por cambios drásticos de temperatura se hayan fracturado, rocas provenientes de la gran explosión del Descabezado, cayendo caóticamente ordenadas sobre la meseta, etc.
Sin embargo, y dejo el tema abierto para quien desee debatir al respecto, creo que la posibilidad de que haya ocurrido un hecho así, es escasa. La otra teoría (favorita por los lugareños) esque habría sido construído por los primitivos habitantes de la zona, y es aquí donde conectan el tema ufológico, a modo de "pista de aterrizaje" ¿para qué? ovnis. Personalmente tampoco creo que haya sido construido con ese propósito.
Sin embargo, aquí les dejo un par de fotos que me dejan pensando seriamente si esto fue "hecho a mano"

¿Notan los sobresalientes bordes?




Las esquinas casi perfectas


 

Una línea recta hasta los pies de mi madre.

 




Dejando el tema de lado, tuve la suerte de ver por primera vez un cóndor. Aunque voló lejano a mí.




Amo la sombra de las nubes. Enriquecen los colores del paisaje.




Y la mejor panorámica que pude armar




Creo que está demás decir en qué estado quedé luego de haber andado alrededor de 7 horas arriba del caballo.

Al día siguiente acompañé a mi abuelo a San Clemente. La madre de él pertenecía a esas tierras.
En esta ocación visitaría el cementerio para ver a su tío Baudilio.



Y por la tarde, volveríamos al embalse Colbún.




Esta vez quise probar las fotos en blanco y negro y con un filtro amarillo.








 


 


A la noche el asado de despedida. El día siguiente haríamos una visita flash a Rari, donde compré un par de cosas de mi artesanía favorita (aros, pinches y un collar de crin). Y volveríamos a Santiago.