Día 1
El día Sábado partiríamos temprano a Horcón, la caleta de los artesanos, lugar donde había emigrado el mejor amigo de mi padre luego de tener problemas en Los Dominicos.
Impactada quedé al ver la termoeléctrica Ventanas, y muy agradecida luego, que no se concretara el proyecto de Barrancones.
Una vez en Horcón, visitamos una feria artesanal que de artesanos poco y nada tenía, salvo por un chico que se había licenciado en artes y se dedicó a pintar poleras y polerones. En serio, verdaderas obras de arte:
Raimi, mi hermano menor posando con la polera que mi madre le compró al artista.
Resulta que Tico trabaja en cuero, principalmente fabrica zapatos, pero también alforjas, pisos, bolsos y varias cosas más.
Aquí una vista a su taller desde afuera (está ubicado justo frente al terminal de buses).
Por dentro parece un museo, lleno de variados objeos como mascarones, que también comercializa.
Sus trabajos en cuero
Mientras mis padres charlaban...
Yo me entretenía tomando fotografías
Luego de la visita nos largamos rápido al concierto en la Quinta Vergara. Sobre eso me referiré a que nunca más asisto a un concierto de música académica allí, la acústica es asquerosa y la gente me enfermó con tanta bulla que metía comiendo cabritas de maiz (sí, adentro vendían cabritas de maiz), como si se tratara de una sala de cine. Osea, imaginen lo asqueroso que era tratar de apreciar una dinámica pp con un crunch permanente de fondo (y mejor no referirse a la política de silenciar o apagar los teléfonos celulares).
Día 2
Nos largabamos a Quintay.
Años atrás, según mis padres, habíamos visitado ese lugar, pero yo no tengo memoria de aquello.
Desde del camino podía apreciarse esta linda panorámica
Una vista al pueblo
Quintay se caracterizó por su planta ballenera (instalada allí alrededor del 1943) y que luego de acabar con todos los ejemplares del sector, en1967, la planta cerraría para siempre.
Hoy, esa planta ha sido transformada en una especie de museo donde se exhibe material audiovisual, textual y fotográfico.
Esto parece un ano.
Texturas
Mis padres
Mi hermano
A veces me obsesiono fotografiando a modo de auto retrato, mi reflejo
La sala audiovisual
Debo destacar que todas las fotografías dentro de la ballenera las tomé monocromas debido a la escases de colores. Todo era blanco o color de hormigón. Se me ocurrió, entonces, que sería más interesante jugar con la escala de grises.
Aquí una fotografía de un campo de "siempre vivas" para compensar la falta de colorido.
Quntay cuenta con una playa muy linda y muy peligrosa a la vez: la playa grande
Y que pese a la bandera roja y diferentes advertencias, la gente asiste para bañarse.
Llegaba el atardecer...
Y junto con ello, la hora de volver.
Álbum completo de fotos en picasa.